Buenas tardes.
Pertenezco a una generación que vivió, con 32 años de edad, las primeras elecciones generales al Congreso y Senado en 1979. Desde entonces no puedo evitar asociar cada ocasión de votar a aquel momento irrepetible y trascendente. Y ahora es el momento de votar para elegir Junta de Gobierno del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Lo he hecho esta tarde; por correo, con un íntimo regocijo desde el momento en que introduje la papeleta en el sobre, en privado sin que nadie me viera, como un rito sagrado, hasta que lo entregué en la oficina de Correos para su franqueo y envío.
¿Y por qué lo he hecho por correo? Sencillo: para asegurarme de que mi voto estará entre los votantes, no fuera a ocurrir algo que el día 5 de mayo me impidiera hacerlo. Y ya está camino de su destino. Ahora tengo una sensación de bienestar y animo a todos que disfruten como yo votando según su criterio (añado que si coincidimos, mejor) y, en cualquier caso, hacer de la votación un acto íntimamente gratificante para él y de servicio para los demás.
Un cordial saludo. Luis Picazo Martínez